LAS PRÁCTICAS EFICACES DEL ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO




Dr Guillermo Fernandez D’adam

Fundador y Profesor Titular de la Carrera de Técnicos en la Universidad Católica de Cuyo
El trabajo de reparación del dolor es una trama de finos hilosque para ser tejida necesita de capacitación, idoneidad,tiempo, flexibilidad, tranquilidad, compasión y amor.


Las experiencias relacionadas con los Acompañantes Terapéuticos en intervenciones complejas médicas-psicológicas-sociales han generado una "praxis", que es necesario compartirla, recapitali­zarla y consolidarla, fortaleciendo y reinstalando el beneficio que implica actuar en equipos inter-transdisciplinarios que incluyen a los acompañantes terapéuticos para la más efectiva, eficiente y rápida resolución de los tratamientos.
El AT es un recurso complementario para enri­quecer y potenciar los recursos asistenciales en los equi­pos dedicados al abordaje de patologías complejas. Hoy en día no resiste discusión ni cuestionamiento la implementación de este rol y función en el ámbito clíni­co, aunque es necesario esperar dar la última “puntada”, que es el reconocimiento legal de la disciplina (está en buen camino de culminar el largo proceso burocrático).
Los antecedentes históricos más remotos del acompañamiento se encuentran en la filosofía griega, principalmente en Sócrates, filósofo ateniense 470 a. C. quien creó un método llamado mayéutica (del griego: μαιευτικóς,  maieutikós, "perito en partos", maieutiké, "técnica de asistir en los partos" consistente en un proceso inductivo a través de preguntas reveladoras con sus discípulos, mediante el cual lograba traer a la luz, las cualidades y respuestas que “el acompañado ya tenía en su interior”.


La figura del acompañante terapéutico se originó a partir de otras formas anteriores que ofrecían acompañamiento en los espacios de recreo y ocio, a los pacientes en las actividades dentro y fuera de la clínica. En España se llamaban “monitor de tiempo libre”, en Francia “animateur”, en Canadá “interviniente clínico” en tratamiento de psicóticos, mientras que en Inglaterra y Bélgica se crearon los “dispositivos de enlace” (Galdós & Mandelstein,2009).

En Argentina es una práctica de gran impulso y desarrollo en los últimos 50 años, incorporada como búsqueda de alternativas clínicas para el abordaje de personas con enfermedades mentales, adictivas y clínicas graves y complejas, que requieren de un equipo multidisciplinario, con inclusión de Acompañantes Terapéuticos.

El AT surge de la búsqueda de recursos huma­nos terapéuticos alternativos y complementarios al equipo de tratamiento, para el abordaje de pacientes con patologías graves y complejas y sus grupos familiares, que generalmente presentan problemáticas que exceden los límites de los tratamientos clásicos o el abordaje insti­tucional tradicional. En la actualidad se amplía la demanda del rol de Acompañante Terapéutico a ámbitos cada vez más diver­sos y novedosos de la psiquiatría y de la clínica médica (trastornos graves de la ansiedad, depresión, ludopatías, adicciones sin drogas, patología invalidante neurológica, enfermedades terminales, etc.).


El AT debe prepararse para la con­tención psico-física-espiritual del paciente, apoyar y estimular su proceso tera­péutico, intervenir de acuerdo a pautas dadas por el equipo y actuar precozmente y coordinadamente frente a las crisis o necesidades, dentro del modelo de abordaje múltiple (tratamiento integral con inclusión del contexto familiar y comunitario).

La capacitación es fundamental para consolidar conceptualizaciones, especificar marcos de referencia, definir el rol y la función, las metodologías / técnicas en las diversas patologías, precisar indicaciones eficaces del dispositivo, sistematizar la base de conocimientos académicos fundantes, enfatizar el indispensable enfoque de equipo, el  trabajo familiar y comunitario, deliberar lo referido a la ética en el actuar y , entre otras más, concientizar fenómenos que han sido estudiados profundamente, como el burnout (agotamiento laboral) y el fortalecimiento de engagement (compromiso, entusiasmo y pasión por la tarea).

Recordemos que el gran desarrollo de la Psiquiatría Argentina y la promoción del Rol de AT en los equipos de Salud Mental y Adicciones, se debe a la lúcida visión de nuestros maestros en el arte creativo de enfrentar la enfermedad mental : José Bleger (Psicología Institucional), Pichón Riviere (Los Vínculos), José García Badaracco (Grupos Multifamiliares), David Zizienski (Acompañamiento Familiar en autismo), Mauricio Goldemberg (Psiquiatría Comunitaria), Eduardo Kalina  (creador del “Amigo Calificado”), Juan Yaría (Comunidad Terapéutica en Psicosis y Adicciones), Raúl Camino (Comunidad Terapéutica Rural), Ricardo Grimpson (Comunidad Terapéutica Hospitalaria), Rolando Benenson (Terapistas de Convivencia), César Cabral (Voluntariado Terapéutico), Daniel Gonzalez (Centro Psico social Argentino), Gabriel Pulice (Facultad de Psicología – UBA).



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