Acompañamiento Terapéutico en época de Pandemia

Los Acompañantes Terapeutic@s y su Paciente durante el proceso de Aislamiento por el COVID-19

Lic. AT Mariana Yuvone

El aislamiento y el coronavirus nos afecta, cambia nuestra rutina, nuestro tiempo. Pensemos en una persona con discapacidad o con algún problema de salud mental; el aislamiento social no implica solamente el cese de sus actividades, sino también de las terapias y salidas terapéuticas. 

Si bien la situación es nueva para todos, las personas más vulnerables y con menos recursos psíquicos para adaptarse, padecen este aislamiento y necesitan contención. 

Todo profesional tiene un papel fundamental a la hora de adaptar su terapia para asistir a las personas con discapacidad y a sus familias. 

¿Qué particularidad nos encontramos en el Acompañamiento Terapéutico?

 Cualquier acompañamiento involucra el contacto corporal, el cuerpo, la presencia en la cotidianeidad del paciente. En épocas de aislamiento esto es difícil, pero debemos cambiar la dinámica y seguir trabajando. 

El abordaje debe ser a través de videollamadas, llamadas telefónicas, videos explicativos y demostrativos, actividades en línea, entre otras herramientas que podemos desarrollar. En estos momentos debemos utilizar la tecnología, Internet y todas las páginas que nos pueden brindar recursos para continuar la terapia. Si realizamos acompañamiento en Institución educativa, es importante mantenernos en contacto con los docentes para poder seguir la línea de trabajo. 

Pensemos en nuestros pacientes, en sus recursos y en sus debilidades. Si trabajamos con niños, busquemos herramientas audiovisuales, con dibujos, actividades para hacer en la computadora o en la tablet. En los encuentros virtuales, sumemos canciones, bailes, juegos. Si trabajamos con adultos, dediquemos tiempo a llamarlos y sostenerlos con la palabra, si es posible una videollamada para sumar también nuestra mirada y observar su cara, sus expresiones. Podemos tocar un instrumento, cantar una canción, leer un cuento, hacer alguna manualidad, que la distancia no nos impida mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes. 

Hay que adecuar nuestro trabajo al contexto del hogar, analizar cada caso en particular, sin perder el foco de los objetivos propuestos en los planes de tratamiento. Hoy más que nunca debemos ser flexibles y adaptarnos a esta nueva realidad. 

Debemos orientar a la familia de nuestros pacientes en cuanto a hábitos, rutinas, actividades y herramientas. En estos tiempos pueden aparecer berrinches, angustia, miedos, dificultades al dormir; la contención de la familia será importante y nuestro rol también. 

Fomentar la participación en actividades del hogar, actividades lúdicas, paseos al aire libre los días permitidos, siempre atendiendo a las necesidades particulares de cada persona. 

En el acompañamiento terapéutico debemos ayudar al paciente a buscar herramientas para reubicarse en esta nueva realidad. Tal como lo estamos haciendo todos.