INTEGRACIÓN ESCOLAR y el AT.
La integración educativa de Úrsula se lleva a cabo siempre con la misma dinámica: el trabajo en equipo.
Su primera experiencia de integración fue en sala de 3 del jardín ABC donde conoció a la seño Nori, quien tuvo la compleja tarea de incorporar hábitos y normas de convivencia al grupo, pero sobre todo a Úrsula, que no había experimentado nunca antes el despegue de sus padres por largos ratos diarios. El perfil docente (estructurado, exigente y amoroso a la vez) favoreció a que el objetivo se cumpla con éxito. Le costó medio año de adaptación. Aquí, el trabajo en equipo se basó en la construcción de límites claros y sostenidos. Para esta etapa se empezaron a usar herramientas muy básicas como tarjetas con el SI y el NO pegadas en su bandeja para ofrecerle un recurso a la hora de darse a entender (señalando con el brazo o con su mirada); por consiguiente, la forma de intercomunicación se basaba en preguntas cerradas (¿por ej. “Úrsula te duele algo?”); su forma de expresión gestual también se limitaba en afirmar y negar con la cabeza, y usar el llanto ante cualquier molestia o desagrado.
La sala de 4 la transitó en el Jardín Trapito con la seño Nati, el objetivo de este lapso apuntó a la socialización, al sentimiento de pertenencia a un grupo de pares; estableció un vínculo muy próximo con su docente que se vio reflejado en la alegría que la niña expresaba al llegar al jardín todos los días. Su seño fue capaz de relacionarse rápidamente gracias a su gran sentido del humor, recurso que a Úrsula le atrae de todas las personas.
Ya en sala de 5, jardín oficial, común y estatal, Manuel Belgrano la integración se basó en la búsqueda, fabricación y uso de distintos adaptadores para la expresión, la participación y la adquisición de conocimientos, que le permitieran lograr la mayor independencia posible. Para esta etapa se incorporó al equipo una psicopedagoga que ocupó el rol de maestra integradora. Aquí, se pudo ver cómo el engranaje del motor del equipo funcionó, en cada parte, para avanzar.
Para el comienzo de la educación primaria, la expectativa está puesta en 2 blancos: uno, relacionado al trabajo armonioso en equipo, que adquiera desde el principio una dinámica basada en la toma de conciencia del rol fundamental que ocupa cada una de las piezas, que se vaya tornando espacio de contención y motor para Úrsula, pero también de contención y aprendizaje para los profesionales y familia. Segundo, en ENCONTRAR LA MANERA DE QUE LA NIÑA PUEDA DAR CUENTA DE TODO LO QUE VA APRENDIENDO, mediante la fabricación de adaptadores precisos o el ofrecimiento de recursos más apropiados según sus posibilidades motrices, con el fin de que pueda ser evaluada en el logro de objetivos al igual que sus compañeros, ya que familia y equipo coincidimos en que ofrecerle la posibilidad de que le abran las puertas en una escuela común para que asista diariamente y se vea rodeada de niños convencionales no resulta suficiente. Integración es un proceso mucho más complejo que eso, significa tomar posición, abandonar la mirada lastimosa, creer, moverse...es ofrecerle una espacio común al resto pero del que ella sea parte, es que aprenda las mismas cosas que sus pares y que pueda mostrar lo que sabe, aunque lo haga de manera distinta...ELLA PUEDE, SOMOS LOS ADULTOS LOS ENCARGADOS DE ENCONTRAR LA FORMA ADECUADA PARA QUE APRENDA, COMPRENDA Y LO EXPRESE.
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