Guía de Trabajo para Paciente con Alzheimer
Prof. Daniel González
El Asistente o Cuidador con Paciente con Alzheimer
La Enfermedad de Alzheimer presenta una evolución lenta pero progresiva en la que, de forma paulatina, van disminuyendo las capacidades que los pacientes tienen para desenvolverse de forma autónoma en su día a día. Estas dificultades funcionales vienen determinadas por la presencia de déficits cognitivos, (problemas de memoria, razonamiento, orientación), conductuales, (huida, deambulación, agitación) y motores que provocan que las personas que sufren de Alzheimer requieran la supervisión inicial y la asistencia final de un cuidador.
En la actualidad, existen tratamientos farmacológicos encaminados a retrasar la progresión de la enfermedad y a lograr un mejor control de los síntomas psicológicos o conductuales, pero estos tratamientos no resuelven las dudas diarias a las que los cuidadores se enfrentan para convivir y ofrecer calidad de vida al paciente que acompañan.
Por eso es necesario conocer estrategias que permitan a estos cuidadores apoyar de forma complementaria a los tratamientos farmacológicos, de manera que, faciliten el mantenimiento de un buen funcionamiento cognitivo y disminuyan el impacto de los problemas conductuales.
Una de las herramientas principales para este cometido es la Estimulación Cognitiva, ese proceso por el que se trata de potenciar al máximo las funciones preservadas y evitar la desconexión del entorno del paciente con Alzheimer, ya que, si mantenemos y mejoramos cognición estamos contribuyendo a disminuir la presencia de alteraciones conductuales que, en muchas ocasiones, son consecuencia de problemas como la desorientación o los problemas de memoria.
¿Cómo puede un cuidador practicar esta estimulación desde casa?
Aunque no lo creamos, existen ciertos trucos y herramientas en la mano de casi todos los cuidadores que nos podrían ayudar y que se basan en las técnicas tradicionales que los profesionales utilizan para trabajar con los pacientes en el entorno clínico.
A continuación, repasaremos brevemente estas técnicas enfatizando como cada familiar-cuidador puede trasladarlas a su vida cotidiana. Así:
1. ORIENTACIÓN EN LA REALIDAD
Es básico que los pacientes confusos puedan orientarse mejor en sus circunstancias personales. Para ello, en casa, cada vez que algún familiar interaccione con el paciente puede recordarle el día y el lugar, la actividad pendiente de realizar, o responder a aquellas preguntas que el paciente realice de una forma detallada.
2. TERAPIA DE REMINISCENCIA
Es un método agradable y de fácil aplicación que se basa en la memoria remota, mejor conservada en la Enfermedad de Alzheimer y que permite estimular la propia identidad del paciente y reforzar su autoestima. El domicilio constituye un entorno ideal ya que en el mismo se encuentran la mayoría de objetos personales de gran importancia en la vida de cada paciente y que son el vehículo para rememorar todos esos acontecimientos. Por ejemplo, podemos utilizar libros, revistas, vestimentas, fotografías, artículos domésticos para mantener conversaciones que favorezcan la evocación de recuerdos.
3. ADAPTACIÓN DEL ENTORNO, LA TAREA Y CREAR RUTINAS
La capacidad funcional del enfermo no sólo depende de su capacidad cognitiva, sino también de las características y exigencias del entorno así como del modo en que los cuidadores interactúan con ellos. Vamos a desglosar ciertas estrategias básicas en relación con el entorno, la tarea y las rutinas que faciliten la estimulación y el manejo del paciente:
ENTORNO
– Realizar el mínimo número de cambios posibles. Facilitemos un medio que asegure la orientación, la estabilidad y la seguridad del paciente.
– Adaptar el hogar con medidas de seguridad y prevención en las zonas más peligrosas, por ejemplo sustituyendo la bañera por la ducha.
– Simplificar el ambiente, para reducir la carga cognitiva y facilitar la localización y el empleo de objetos diferentes. Podemos, para ello, utilizar etiquetas con nombres o imágenes que indiquen la localización de los diferentes utensilios.
TAREA
Plantear siempre las tareas de forma fácil, sencilla y estructurada. Es importante recordar los distintos pasos y, sobretodo, hacerlo en el contexto donde deben desarrollarse para facilitar su mejor consolidación y reducir el tiempo entre este recuerdo y su evocación posterior. Por ejemplo, vestirse en la habitación y recordarle una cita con el médico el día de antes o la misma mañana.
CREAR RUTINAS
Las rutinas y las estructuras fijas de comportamiento facilitan el buen funcionamiento cotidiano en personas con importantes problemas de memoria. Por el contrario, los cambios son una de las causas del aumento de confusión en los pacientes y, por ello, plataforma de posibles problemas de conducta.
Pero como venimos apuntando, es determinante cómo el familiar cuidador se dirige e interactúa con el enfermo de Alzheimer para disminuir la presencia de problemas de conducta y, cómo no, para favorecer una comunicación positiva que evite entrar en conflictos y que también refuerce la autoestima y la identidad personal del paciente con Alzheimer. Para ello, algunos consejos prácticos serían:
– Hablar claro y pausadamente
– Utilizar mensajes cortos y claros
– Reforzar el mensaje verbal con una expresión corporal acorde
– Repetir cuantas veces sea necesario
– Utilizar un tono de voz adecuado
– Solicitar las cosas de una en una y darle tiempo para responder
– Simplificar y hacer agradables las actividades
– Respetar sus gustos y preferencias
-Aprovechar sus rutinas y aficiones previas
-Animarles si hay dificultades, sin juzgarles
– Agradecer y reforzar el esfuerzo
– Fomentar la participación y evitar el aislamiento
– Promover espacios de actividad física
Todos estos consejos pueden ser útiles siempre y cuando el cuidador-familiar que está al lado del enfermo reciba ayuda para manejar el estrés y la ansiedad que le supone l atención continua al enfermo, por ello, el cuidador no debe descuidar su propio cuidado y descanso sin el cual es imposible desarrollar esta importante labor, ya que deben “cuidar sin descuidarse“.
Las 10 Cosas que nunca deben hacer un Acompañante o Cuidador Gerontológico.
Nunca discutas con la persona con demencia, ponte de acuerdo con él.
Nunca trates de razonar con él, distrae su atención.
Nunca le avergüences, ensálzalo.
Nunca trates de darle lecciones, serénalo.
Nunca le pidas que recuerde, rememórale las cosas y los hechos.
Nunca le digas “ya te dije”, repíteselo cuantas veces haga falta.
Nunca le digas “tú no puedes”, dile “haz lo que puedas”.
Nunca le exijas u órdenes, pregúntale o enséñale.
Nunca condesciendas, dale ánimos.
Nunca fuerces, refuerza la situación.
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