Diario de un Rescate

 Por Rubén Amato-Psicólogo Social

Breve diario de un rescate.


a Tomás  (mi padre)...

      Jamás unas pocas palabras

van a abarcar lo que fuiste
para nosotros... por mas que lo intentemos harían falta toda la
memoria de todos los que te conocimos (y nos quedaríamos cortos...) 

   Uno

Cuando a vos se te ocurre partir (hace ya cuatro años) a mamá se le ocurre  enojarse con todos los santos. Y los pone en penitencia.           
Están todas las estampitas juntas adentro de una bolsita de farmacia... todo adentro de un sector del ropero "estilo francés"  y encima de todos los santos ( que obviamente así, hacinados, no van a poder cumplir con su misión de realizar milagros), tienen una capillita con la Virgen de Luján (una especie de prefabricada celestial) que los oprime  con su pesada historia , aunque sobra lugar en la mano de un niño.
Mi madre, enojadísima por tu partida, se le fue de control el asunto de tu muerte, a cada rato pide que se la lleven para no sufrir. Pero es claro que el barba no le da bolilla a pedidos que no tiene agendados.

Dos

Debajo de la Virgen María se encuentran por orden de milagria  el sagrado corazón de Cristo,  San expedito, la Virgen de la medalla milagrosa,  el padre Mario  y así y todo mi madre no se recupera del todo de sus dolores...

Mi madre se enoja conmigo. Todavía me dice Tomás y yo soy Rubén. Dice que arreglo mal las cosas que el construyó y que se van deteriorando... como ella... como la vida misma al transcurrir...  Dice que no la escuché en cada una de mis elecciones de pareja ( hace ya como más de cuarenta años ) Dice cantidad de cosas a lo largo de mis sesentaycinco. Pero yo estoy ahí. Ahora me necesita y estoy. Pero ella no me ve. Y me hecha desde que vos partiste viejito.

El la conquistó  por su estampa arriba de su bici de carrera. La esperaba largos ratos para encontrarla "de casualidad "  por el barrio. Corrió  imaginarias maratones en alta competencia para encontrarla por ahí... por allá.  Esa fue su estrategia : pedalear y pedalear para conquistar el premio mayor: el corazón de mi madre (sólo que al irse para siempre  de este mundo la dejó  agonizando en cada recuerdo )... con el corazón par-tio.
Y estoy seguro que ella se arrancaría  el corazón con tal de volver a tenerlo acá sentado a la mesa cebándole unos mates...

Tres

Mi madre se recuesta para no hablar conmigo que por momentos me convierto en su fantasía en su enemigo. Cierra la puerta de la pieza para no escuchar mis preguntas. Pareciera que sólo espera su turno para que  sus santos intervengan y partir automáticamente detrás del viejo. Después de un rato cae en uno de sus abismos.
(Jamás imaginé en que verla sufrir ... o ver el deterioro de un ser querido se me iba a hacer tan cuesta arriba).

Por más que uno haga, como cuidador de madre, nada es suficiente.
No se puede esperar reconocimiento. No hay días. No hay horarios. Ni triunfos. Apenas batallas parciales que se vencen con reservas...

(Por eso estos brevísimos párrafos para sacar un poco la pena de mi alma. Y son breves  ya que en cualquier momento hay que largar la birome  para hacer un te o... encender la estufa  o preparar los pastilleros).

La realidad se viste inexorable de obstáculos...nos desgasta y apaga la llama más vigorosa de esperanza.
(Busco una escalera para alejar las nubes que van tapando el sol  del aliento)

Cuatro

Ella... Mi madre... la tere quiere morirse todos los días. La vida sin Tomás para ella no tiene ni tendrá sentido...ni hoy ni mañana.
Dos o tres veces en la semana  dice: -
Yo tendría que irme ya..
Y a mi... que soy su hijo y su cuidador se me llena el corazón de lágrimas que hace cuatro años me cuestan llorar...
Desde que mi padre partió ella no pudo recuperarse por no tenerlo a mano... para pelearlo... para quererlo a la manera de ella.
Mi madre hoy se convirtió en las hilachas de lo que fue. Una mujer que no se dejaba pisotear. Hay días que converso con la actual madre. Y otros días con quien fue en algun otro tiempo ...
No hay forma de sacarla de este abismo y por momentos me arrastra hasta la orilla.
(Hasta ahora su instinto de madre me suelta a tiempo)
Sus silenciosos lamentos me ensordecen.
Porque así como una mujer decodifica el llanto de su hijo ... yo hoy por cuidarla también aprendí a decodificar su sufrimiento.

Cinco

Los temas familiares desatados por las absurdas navidades y aniosnuevos inundaron mi entendimiento...turbias cuestiones antiguas y cotidianas que parecen no tener sentido que deterioran mis neuronas  (que, en lugar de hacer sinapsis las pobres hacen moco lo que ni siquiera pueden elegir pensar... )

Otro derrumbe anímico de mi madre...
se traga el dolor con tal de no demostrar que a sus 86 años me necesita... Y esa actitud nos deja solos a ambos.
En tres años de hijo Y cuidador me he consustanciado  de su estado de ánimo y sus deseos de ir detrás de su compañero de casi 60 años que ha provocado se opaque  mi corazón y esto me impida ver un horizonte claro
y la he maltratado con gritos por mi impotencia al no saber calmar su dolor que termina siendo el mío... Y la omnipotencia de seguir insistiendo  (producto del orgullo y la idiotez primos hermanos de la soberbia) que me lleva a la tristeza más devastadora aún en los días más soleados donde no estaria mal sonreír un poco...
La amorosidad del cuidador se va diluyendo con el tiempo ...

Seis


El tedio que provoca observar el deterioro de un progenitor provoca el maltrato verbal.
Otro cuadro que aparece es la perdida
de vocabulario y la movilidad y esto hace que el rol hijo desplace al cuidador con una pena en el pecho.
Además de ser el cocinero, el mandadero de los remedios, eĺ explicador ante la familia de diagnósticos recientes, muchos otros roles domésticos que cualquier cuidador asume tarde o temprano y que no pretenden estas líneas vociferar  como queja sino estar agradecido   (ya que  mi madre ha repotencializado mis aptitudes...
eso sí, de manera forzada por las circunstancias... claro)

Pero de tanto en tanto, como de la nada, se nos va delineando un día perfecto... ese día en que parece que le encontramos la solución a casi todos los problemas... y tenemos disfrutarlo aunque no sepamos de que manera, aunque nuestra conciencia nos tilde de egoístas...

Además les digo que aquellos que piensan que un hijo que cuida a su madre se merece el Nobel de la Paz... les digo que lo olviden ya que no hay ser humano que NO espere una retribución por sus acciones...
Todos  profesamos un falso altruismo y ansiamos un reconocimiento por lo que hacemos...
Maltratamos con gestos sutiles de hartazgo, con palabras ofensivas, al irse un rato largo por no ver las 24 hs como se deteriora el familiar ... 

 

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