¿QUÉ PASA CON LA SEXUALIDAD EN CUARENTENA?

 Por Dr Guillermo Fernández D’Adam  



La sexualidad es una parte esencial del ser humano tiene importantísimas funciones: desde su universal fin reproductivo, la ligazón amorosa, el placer, el amor, la afectividad y la autoestima del individuo.  

El aislamiento social, la cuarentena, el home office y la suspensión de eventos y salidas, nos exponernos a nuestra realidad de cuarentena en la pandemia del COVID19. Y qué pensar de la sexualidad en tiempos de coronavirus: ¿Cómo afecta la cuarentena a las relaciones sexuales? ¿El encierro repercute en el deseo? ¿Las rutinas habituales se ven afectadas ¿Cómo afecta el aislamiento social, preventivo y obligatorio? ¿La sexualidad como un refugio?¿El encierro repercute en el deseo? ¿Las rutinas habituales se ven afectadas? ¿Cómo practicar el sexo virtual seguro?   

Según encuestas entre los convivientes en las primeras tres semanas las relaciones sexuales casi no cambiaron, o incluso hubo un leve aumento. En los meses siguientes, en cambio, los encuentros sexuales disminuyeron, porque a medida que se suman semanas de aislamiento se incrementan sentimientos que sobresalen como el estrés y la ansiedad (44,8%), la preocupación (28,2%), la incertidumbre (21,2%) y eso hace que la sexualidad se centre más en un lugar de la protección: se prioriza encontrarse seguro y contenido por el otro, más que dar espacio a la pasión, el erotismo y el orgasmo ligados a una cuestión descontracturada, de juego, de placer.  

La sexualidad en las Parejas que conviven  

El sexo no es solo fundamental para la reproducción de la especie, sino también para endorfinizar nuestra vida (hormonas gratificantes), cosa imprescindible siempre, pero aún más en estos tiempos. Recordemos que la sexualidad tiene que ver con el contacto corporal, las sensaciones, emociones y el deseo. En las relaciones sexuales hay  un aumento de la circulación sanguínea con la excitación, al placer y al orgasmo. Se liberan hormonas y sustancias psicoactivas como endorfinas, dopamina, serotonina, opioides, oxitocina, entre otras, que disminuyen el estrés y la ansiedad, contribuyen a un mejor sistema inmunológico, ayudan a conciliar el sueño, estabilizan estados de ánimo, mejoran el humor y dan sensación de felicidad y apego.  

La nueva pandemia según la Organización Mundial de la Salud (OMS) no debería ser un impedimento para una sexualidad plena teniendo en cuenta que:  

  • El nuevo coronavirus se elimina a través de gotas que esparcen cuando hablamos, estornudamos y tosemos.   
  • Está muy claro que el virus se puede trasmitir muy fácilmente a través de actos cotidianos como los besos.  
  • Hay muy poca información disponible si el virus se elimina a través del semen y de las secreciones de la vagina y si es posible la transmisión a través del acto sexual.  
  • Cuando hablamos de distanciamiento social hablamos de evitar el cara a cara y eso incluye evadir los encuentros sexuales con personas con las cuales no convivimos y evitarlos con personas que no conocemos.  
  • No tener encuentros sexuales con personas que tengan síntomas de COVID y con cualquier otra persona que tenga fiebre o síntomas respiratorios, incluso si es la persona con la que convivimos.  
  • Lavado de manos (manera efectiva para reducir la propagación del coronavirus) y desinfectar juguetes sexuales después del sexo más desinfección de teclados y celulares.  
  • En abril el Ministerio de Salud de la Nación propuso opciones para distenderse en lo sexual : masturbación, vibradores y sexting (intercambio de mensajes, audios, fotos y videos vía redes sociales).       


Recomendaciones para la práctica de la sexualidad  

En general, cuando se habla de sexualidad, se habla de lo que está permitido: sexo monogámico, matrimonial y reproductivo. Actualmente se presentan tres posibles escenarios en el contexto de las relaciones: vivir bajo el mismo techo con la pareja, permanecer en casas separadas y estar soltero. Para todos es todo un dilema. Nunca estuvimos tanto tiempo solos o con otras personas, nos empezamos a mirar de otra manera, tenemos miedo, pánico y bronca y al mismo tiempo nos “martillan” con cosas que al parecer hay que hacer: charlar con amigos, hacer ejercicio, encontrarse con uno mismo y pensar en positivo. Según encuestas un 43 % de parejas estables no convivientes rompió la norma de tener contacto sexual (un 20 % fue con parejas ocasionales). Se propone:  

  • Mantener sexo en cuarentena con la persona con la que convivimos (siempre y cuando no haya síntomas).  
  • Si ambos o alguno de ellos, por su trabajo, son personas de riesgo de contagio, deberán tomar todas las medidas de higiene adecuadas,  
  • Ponerse de acuerdo respecto a no conectarse con miedo, ya que no tendría sentido eclipsar algo tan hermoso y transformarlo en estresante.  
  • No descuidar la anticoncepción que se estaba usando habitualmente (no sería ideal embarazarse en estos momentos) dada la complejidad de lo que significarían las consultas y el seguimiento.  
  • Es momento de reafirmar que la sexualidad no sólo pasa por la genitalidad, sino que es también el contacto erótico no genital, la seducción, la comunicación no verbal, la intimidad, el erotismo, los pensamientos y las fantasías.  
  • En este escenario, el Ministerio de Salud de la Nación recomendó que pueden ser buenas alternativas las videollamadas, el sexo virtual o el sexting (un tipo de intercambio sexual que prioriza el sonido y la imagen a través de la tecnología, conectarse con el erotismo y con la recreación sexual).  

Pasaron 5 meses y la cuarentena impuesta para frenar el impacto del nuevo coronavirus en el país, con el distanciamiento social, alteró nuestra vida cotidiana. Las restricciones para circular y la prohibición de reuniones sociales aplanaron otra curva: la sexual. La depresión, la ansiedad y el miedo tienen un efecto negativo sobre la libido. Muchas personas también están sin trabajo y el desempleo puede afectar el deseo sexual. El tipo de preocupación que las personas experimentan atraviesa muchos dominios: seguridad laboral, salud, salud de amigos y familiares, jubilación y la capacidad de tener acceso a atención médica, por nombrar algunos.  

Todas estas sensaciones atentan contra la libido, la sexualidad quedó en suspenso y reencontrarse y “aggiornarla” será un desafío para todos. Por eso hay que manejarse con inteligencia, prevención y sentido común en estos complejos y raros tiempos de cuarentena… para una BUENA “NUEVA” VIDA.     

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