Herramientas de trabajo para el AT en Discapacidad intelectual leve en niños.
La discapacidad intelectual leve engloba síntomas que se manifiestan en el comportamiento, la funcionalidad y el desempeño diario de los afectados.
El diagnóstico de retraso mental es una nomenclatura antigua referida a las personas que presentan alteraciones neurológicas y dificultades de adaptación al entorno. La cantidad de variables para caracterizar el cuadro clínico sólo aporta resultados parciales a la hora de establecer un patrón de evaluación y atención adecuadas a estos niños.
La definición actual propugna un enfoque multidimensional sobre 5 aspectos:
- Habilidades Intelectuales (relacionadas con el CI). Se consideran el razonamiento, la planificación, la resolución de problemas o manejo de pensamiento abstracto, entre otras.
- Conducta adaptativa. Habilidades que aprende la persona para su desenvolvimiento diario.
- Participación social. Interacción con los demás y roles sociales.
- Salud física y mental. Analiza los factores de riesgo médicos, de comportamiento y pedagógicos.
- Entorno ambiental y cultural. Condiciones de vida cotidiana de la persona.
Test de Stanford-Binet
Es en el siglo XX comenzó un intento serio de clasificación de las personas con discapacidad intelectual, y se comenzó a aplicar el Test de inteligencia de Stanford-Binet, que establece las siguientes clasificaciones según el Coeficiente Intelectual, o CI de la persona:
- Valores sobre 140: genio.
- Entre 120 y 140: inteligencia muy superior.
- Entre 110 y 120: inteligencia superior.
- Entre 90 y 110: inteligencia normal.
- Entre 80 y 90: inteligencia torpe.
- Entre 50 y 70: moronismo.
- Entre 20 a 50: imbecilidad.
- Inferior a 20 ó 25: idiocia.
Clasificación de la discapacidad intelectual de la Organización Mundial de la Salud
Se trata de una catalogación desde el punto de vista psicopedagógico estructurada en 5 niveles:
- Discapacidad Intelectual límite. Su Coeficiente Intelectual se sitúa entre 68 y 85. Se trata de personas difícilmente catalogables como Discapacitados Intelectuales, pues sólo manifiestan ciertas dificultades de aprendizaje.
- Discapacidad Intelectual ligera. Personas cuyo CI se sitúa en valores entre 52 y 68. Son personas con leves retrasos perceptivos y motores. Se adaptan perfectamente a la sociedad y el entorno laboral.
- Discapacidad Intelectual moderada. Son aquellas personas de un CI entre 36 y 51. Muestran dificultades de expresión oral y comprensión del entorno, sin embargo, pueden llegar a gozar de su propia autonomía en la sociedad.
- Discapacidad Intelectual severa. Personas con un coeficiente situado entre 20 y 35. Suelen ser personas dependientes de los demás, pues presentan deterioro psicomotor que les suprime la autonomía personal.
- Discapacidad Intelectual profunda. Personas de Coeficiente Intelectual de valores inferiores a 20. Muestran un pronunciado deterioro psicológico, motriz y sensorial.
Síntomas de la discapacidad intelectual ligera
Según la nomenclatura actual, la discapacidad intelectual ligera define a la persona que sufre determinadas limitaciones en su desempeño mental y social, pero que conserva su propia autonomía y calidad de vida. Debido a estas limitaciones, el niño muestra un ligero retraso en el proceso de aprendizaje con respecto a los demás niños.
Aspectos cognitivos
La discapacidad intelectual ligera, llegada la edad de máximo crecimiento intelectivo, puede llegar a fallar en el pensamiento abstracto, aunque conserva la capacidad de lógica. El niño puede adquirir la expresión oral compleja de la enseñanza primaria. Aprenderá a leer, escribir y calcular a su ritmo y con cierto apoyo adicional.
Su desempeño social resultará apto en situaciones comunes. La futura integración laboral será efectiva en aquellas ocupaciones que no impliquen el uso del pensamiento abstracto.
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