Autismo - Esquizofrenia Infantil


Prof. Daniel Gonzalez- Psicologo Social

El autismo es un trastorno infantil que suele darse preferentemente en niños que en niñas.

Las habilidades de un niño autista pueden ser altas o bajas dependiendo tanto del nivel de coeficiente intelectual como de la capacidad de comunicación verbal.

¿Cuales son las causas?

Las causas del autismo aún son desconocidas. Pero existen algunas teorías: 

1. Las relaciones del niño autista y su entorno y medio social. Se dice que el autista es así porque no ha recibido afectividad cuando era pequeño. Que ha tenido padres distantes, fríos, demasiado intelectuales.
2. Deficiencias y anormalidades cognitivas. Parece existir alguna base neurológica aunque no está demostrada.
3. Ciertos procesos bioquímicos básicos. Se ha encontrado un exceso de secreción de Serotonina en las plaquetas de los autistas.

Perfil de un niño autista

Un niño autista tiene una mirada que no mira pero que traspasa. En el lactante se suele observar un balbuceo monótono del sonido, balbuceo tardío, y una falta de contacto con su entorno, así como de un lenguaje gestual. No sigue a la madre y puede entretenerse con un objeto sin saber para qué sirve. En la etapa preescolar el niño se muestra extraño, no habla. Le cuesta asumir el “yo” e identificar a los demás. No muestra contacto de ninguna forma. Pueden presentar conductas agresivas incluso a sí mismo. Otra característica del autismo es la tendencia a llevar a cabo actividades de poco alcance de manera repetitiva. El niño autista puede dar vueltas como un trompo, llevar a cabo movimientos rítmicos con su cuerpo tal como aletear con sus brazos. Los autistas con alto nivel funcional pueden repetir los comerciales de la televisión o llevar a cabo rituales complejos al acostarse a dormir. 

En la adolescencia se dice que 1/3 de los autistas suelen sufrir ataques epilépticos lo cual hace pensar en una causa nerviosa. Vale a pena conocer un resumen de los síntomas que pueden indicar que el niño sea autista:

- Acentuada falta de reconocimiento de la existencia o de los sentimientos de los demás.
- Ausencia de búsqueda de consuelo en momentos de aflicción.
- Ausencia de capacidad de imitación.
- Ausencia de juego social.
- Ausencia de vías de comunicación adecuadas.
- Marcada anormalidad en la comunicación no verbal.
- Ausencia de actividad imaginativa, como jugar a ser adulto.
- Marcada anomalía en la emisión del lenguaje con afectación.
- Anomalía en la forma y contenido del lenguaje.
- Movimientos corporales estereotipados.
- Preocupación persistente por parte de objetos.
- Intensa aflicción por cambios en aspectos insignificantes del entorno.
- Insistencia irrazonable en seguir rutinas con todos sus detalles.
- Limitación marcada de intereses, con concentración en un interés particular. 

¿Existe tratamiento?

La educación especial es el tratamiento fundamental y puede darse en la escuela específica o bien en dedicación muy individualizada ("Maternage"). Se puede recurrir a la psicoterapia aunque los resultados son escasos debido a que el déficit cognitivo y del lenguaje dificultan la terapéutica. El apoyo familiar es de gran utilidad. Los padres deben saber que la alteración autista no es un trastorno relacional afectivo de crianza. Es recomendable buscar y mantener contactos con asociaciones para padres de niños autistas.
Hay considerar también el tratamiento farmacológico, que deberá estar indicado por un medico especialista.


¿Se puede curar el autismo?


El autismo no tiene curación. Es un síndrome que definió en 1943 un psiquiatra de origen austriaco llamado Leo Kanner. Hoy en día, 50 años después, aún no se conocen las causas que originan esa grave dificultad para relacionarse. Se calcula que unos 350 niños en la Comunidad de Madrid conviven con el síndrome. 

¿Lo que deben hacer los padres?

Los padres que sospechan que su niño puede ser autista, deben consultar al pediatra para que los refiera a un psiquiatra de niños y adolescentes, quien puede diagnosticar con certeza el autismo, su nivel de severidad y determinar las medidas educacionales apropiadas. El autismo es una enfermedad y los niños autistas puede tener una incapacidad seria para toda la vida. Sin embargo, con el tratamiento adecuado algunos niños autistas pueden desarrollar ciertos aspectos de independencia en sus vidas. Los padres deben de alentar a sus niños autistas para que desarrollen esas destrezas que hacen uso de sus puntos fuertes de manera que se sientan bien consigo mismos.
El psiquiatra, además de tratar al niño, puede ayudar a la familia a resolver el estrés; por ejemplo, puede ayudar a los hermanitos, que se sienten ignorados por el cuidado que requiere el niño autista, o que se sienten abochornados si traen a sus amiguitos a la casa. El psiquiatra de niños y adolescentes puede ayudar a los padres a resolver los problemas emocionales que surgen como resultado de vivir con un niño autista y orientarlos de manera que puedan crear un ambiente favorable para el desarrollo y la enseñanza del niño.


La esquizofrenia en los niños

  
La esquizofrenia es una enfermedad médica que causa pensamientos y sentimientos extraños y un comportamiento poco usual. Es una enfermedad psiquiátrica poco común en los niños, y es muy difícil de reconocer en sus primeras etapas. El comportamiento de niños y adolescentes con esquizofrenia puede diferir del de los adultos con esta enfermedad. Es un desorden cerebral que deteriora la capacidad de las personas para pensar, dominar sus emociones, tomar decisiones y relacionarse con los demás. Es una enfermedad crónica y compleja que no afecta por igual a quienes la padecen.


Estimaciones

La esquizofrenia es una enfermedad mental que afecta a algo menos del 1% de la población de todo el mundo con independencia de razas, civilizaciones y culturas. Según datos de la OMS, afecta a unos 52 millones de personas en todo el mundo.
En España se estima que existen unas 300.000 personas afectadas por esta dolencia y se calcula que cada año se diagnostican entre 15 y 30 casos nuevos por cada 100.000 habitantes. 


¿Cómo detectarla en los niños? 

Las esquizofrenias aparecidas antes de los 5 años tienen rasgos extremadamente comunes con el autismo, y solamente una evolución posterior, con la aparición de síntomas psicóticos propiamente dichos, permitirá un diagnóstico de certeza. De hecho, antes de los 3 años, el diagnóstico diferencial es muy improbable. Es prácticamente imposible distinguir una esquizofrenia de un autismo. Solamente quedará esclarecido con el paso del tiempo. No es sino a partir de los 5 años que el diagnóstico diferencial se va esclareciendo con la presencia de síntomas sicóticos (alucinaciones, delirios) en la esquizofrenia.
Pero se puede notar algunas señales de alerta en los niños con esquizofrenia. El comportamiento de un niño con esquizofrenia puede cambiar lentamente con el paso del tiempo. Por ejemplo, los niños que disfrutaban relacionándose con otros pueden comenzar a ponerse tímidos y retraídos, como si vivieran en su propio mundo. A veces comienzan a hablar de miedos e ideas extrañas. Pueden comenzar a aferrarse a sus padres y a decir cosas que no hacen mucho sentido. Los maestros pueden ser los primeros en darse cuenta de estos problemas



¿La esquizofrenia es hereditaria?

Si en la familia hubo otros antecedentes familiares de esquizofrenia puede ser hereditaria pero en un porcentaje relativamente bajo (no supera el 25 % de posibilidades), pero si la esquizofrenia se desencadenó por factores de estrés ambiental, o por otras causas que no son genéticas, no hay razón para heredarla.

¿Qué se debe hacer?

A los niños con estos problemas y síntomas hay que hacerles una evaluación integral. Generalmente, estos niños necesitan un plan de tratamiento que envuelve a otros profesionales. Una combinación de medicamentos y terapia individual, terapia familiar y programas especializados (escuelas, actividades, etc.) son a menudo necesarios. Los medicamentos psiquiátricos pueden ser útiles para tratar muchos de los síntomas y problemas identificados. Estos medicamentos requieren la supervisión cuidadosa de un psiquiatra de niños y adolescentes.

Formas de esquizofrenia 

No todas las esquizofrenias son iguales, ni evolucionan de la misma manera. Una vez realizado el diagnóstico, los profesionales las dividen en cuatro: 

PARANOIDE: Es la más frecuente. Se caracteriza por un predominio de los delirios sobre el resto de los síntomas, en particular delirios relativos a persecución o supuesto daño de otras personas o instituciones hacia el paciente. El enfermo está suspicaz, incluso irritable, evita la compañía, mira de reojo y con frecuencia no come. Cuando se le pregunta suele eludir la respuesta con evasivas. Pueden darse alucinaciones, lo que genera mucha angustia y temor.
CATATÓNICA: Es mucho más rara que las formas anteriores y se caracteriza por alteraciones motoras, ya sea una inmovilidad persistente y sin motivo aparente o agitación. Un síntoma muy típico es la llamada obediencia automática, según la cual el paciente obedece ciegamente todas las órdenes sencillas que recibe. 
HEBEFRENICA: Es menos frecuente, y aunque también pueden darse las ideas falsas o delirantes, lo fundamental son las alteraciones del estado de ánimo. Esta forma de esquizofrenia suele aparecer antes que la paranóide y es mucho más grave, con peor respuesta a la medicación y evolución más lenta y negativa. 
INDIFERENCIADA: Este diagnóstico se aplica a aquellos casos que siendo verdaderas esquizofrenias no reúnen las condiciones de ninguna de la formas anteriores. Se suele utilizar como un "cajón de sastre" en el que se incluye aquellos pacientes imposibles de definir. 

Tratamiento

El tratamiento de los procesos esquizofrénicos suele quedar reservado para el psiquiatra. Requiere el empleo de medicamentos difíciles de emplear, tanto por lo limitado de sus efectos como por la cantidad de reacciones adversas que pueden provocar. En general, los síntomas sicóticos antes citados corresponden a dos grandes grupos: 
- Síntomas "positivos", o productivos. Se refiere a conductas o modos de pensamiento aparecidos en la crisis psicótica, en forma aditiva (nuevas conductas se añaden a las existentes). Son los delirios y las alucinaciones fundamentalmente. En este caso la palabra "positivo" no tiene connotaciones favorables; significa simplemente que "algo se suma o añade", y ese "algo" (delirios, alucinaciones) no es en absoluto nada bueno.
- Síntomas "negativos", o propios del deterioro: se restan capacidades apareciendo signos de embotamiento o de carencia. Disturbios psíquicos, el aplanamiento afectivo, la torpeza en las relaciones interpersonales, la inutilidad laboral... son típicos síntomas negativos.

Pues bien, los tratamientos básicos antipsicóticos (Neurolépticos, electroshock) suelen actuar más o menos sobre los síntomas positivos. Pero no tenemos nada que actúe de forma brillante sobre los negativos. Solamente el empleo de algunos neurolépticos concretos o de antidepresivos a dosis bajas puede ser de alguna ayuda. Su manejo exige muchísimo cuidado, pues pueden reactivar una fase aguda de la esquizofrenia. El electroshock se reserva para los casos de baja respuesta a los neurolépticos, o para cuadros muy desorganizados con riesgos físicos para el paciente (conductas auto agresivas, por ejemplo). Su utilidad es en la fase activa, y solamente para los síntomas positivos.



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