Actividades para un Acompañante Terapéutico trabaje con niños con síndrome de Down
AT – Lic. Isabel Rovira Salvador
El juego es
una de las mejores herramientas para favorecer el aprendizaje de los más pequeños, así como para
estimular y potenciar toda clase de capacidades y habilidades cognitivas.
Mediante estas actividades de esparcimiento y diversión encontramos una manera
no solo de entretener a los niños sino también de estimular su intelecto y
estrechar lazos con ellos.
Además, los juegos como medio
para estimular las capacidades cognitivas son uno de los mejores recursos en
los casos de niños con algún tipo de condición física o psicológica especial
como puede ser el caso del síndrome de Down. En estos pequeños, es muy
importante estimular ciertas funciones mentales para fomentar su uso.
A lo largo de este artículo
presentaremos una serie de
actividades para niños con síndrome de Down.
El juego es una de las mejores herramientas para favorecer el aprendizaje de los más pequeños, así como para estimular y potenciar toda clase de capacidades y habilidades cognitivas. Mediante estas actividades de esparcimiento y diversión encontramos una manera no solo de entretener a los niños sino también de estimular su intelecto y estrechar lazos con ellos.
Además, los juegos como medio
para estimular las capacidades cognitivas son uno de los mejores recursos en
los casos de niños con algún tipo de condición física o psicológica especial
como puede ser el caso del síndrome de Down. En estos pequeños, es muy
importante estimular ciertas funciones mentales para fomentar su uso.
A lo largo de este artículo
presentaremos una serie de
actividades para niños con síndrome de Down.
·
Artículo
relacionado: "Tipos de
discapacidad intelectual (y características)"
La importancia del juego en el síndrome de Down
Como mencionábamos
anteriormente, el juego es esencial en todas las etapas de desarrollo infantil.
El motivo es que no solo
resulta útil para entretener a los más pequeños y conseguir que lo pasen bien,
sino porque también favorecen el correcto desarrollo de la personalidad y de
las habilidades cognitivas.
Mediante el juego, todos los
niños aprenden a conocerse a ellos mismos, así como a todo lo que les rodea,
incluyendo a otras personas. Adquieren todo tipo de conocimientos sobre su
cuerpo y sobre cómo funcionan los objetos, instrumentos y utensilios.
Por regla general, los niños
sin ningún tipo de condición de salud o psicológica especial poseen la
capacidad de aprender a jugar por sí solos, aunque el hecho de hacerlo con un
adulto refuerza la capacidad para interaccionar con otros, así como los lazos
de unión entre ellos. Sin embargo, esto no ocurre igual con los niños con
síndrome de Down.
En estos casos los pequeños no suelen
presentar esa iniciativa propia a la hora de iniciar el juego, por lo que
se recomienda la colaboración y apoyo de otra persona. Debido a las
características físicas y psicológicas propias de este síndrome el niño puede
manifestar ciertas dificultades para aprender a jugar.
Como consecuencia, la
cantidad de tiempo y esfuerzo invertidos para potenciar el juego son esenciales
para favorecer todo tipo de habilidades cognitivas; desde la autonomía personal
hasta el lenguaje, la atención y las capacidades psicomotoras.
Durante los primeros meses de
vida, es
recomendable empezar las rutinas de juegos sin la necesidad de utilizar
juguetes. De esta manera, mediante los gestos, expresiones y palabras del
adulto favorecemos el desarrollo de la capacidad de representación y
simbolización.
Los niños con síndrome de
Down requieren de dinámicas de juego especiales que hagan hincapié en estas
gesticulaciones y en el lenguaje oral, para que así mediante imitación puedan
aprender a realizar los gestos y movimientos adecuados. Finalmente, cuando se
introduzcan los juegos con objetos y materiales, el adulto deberá guiar al niño
para enseñarle a utilizar correctamente estas herramientas.
Como mencionábamos
anteriormente, el juego es esencial en todas las etapas de desarrollo infantil.
El motivo es que no solo
resulta útil para entretener a los más pequeños y conseguir que lo pasen bien,
sino porque también favorecen el correcto desarrollo de la personalidad y de
las habilidades cognitivas.
Mediante el juego, todos los
niños aprenden a conocerse a ellos mismos, así como a todo lo que les rodea,
incluyendo a otras personas. Adquieren todo tipo de conocimientos sobre su
cuerpo y sobre cómo funcionan los objetos, instrumentos y utensilios.
Por regla general, los niños
sin ningún tipo de condición de salud o psicológica especial poseen la
capacidad de aprender a jugar por sí solos, aunque el hecho de hacerlo con un
adulto refuerza la capacidad para interaccionar con otros, así como los lazos
de unión entre ellos. Sin embargo, esto no ocurre igual con los niños con
síndrome de Down.
En estos casos los pequeños no suelen
presentar esa iniciativa propia a la hora de iniciar el juego, por lo que
se recomienda la colaboración y apoyo de otra persona. Debido a las
características físicas y psicológicas propias de este síndrome el niño puede
manifestar ciertas dificultades para aprender a jugar.
Como consecuencia, la
cantidad de tiempo y esfuerzo invertidos para potenciar el juego son esenciales
para favorecer todo tipo de habilidades cognitivas; desde la autonomía personal
hasta el lenguaje, la atención y las capacidades psicomotoras.
Durante los primeros meses de
vida, es
recomendable empezar las rutinas de juegos sin la necesidad de utilizar
juguetes. De esta manera, mediante los gestos, expresiones y palabras del
adulto favorecemos el desarrollo de la capacidad de representación y
simbolización.
Los niños con síndrome de
Down requieren de dinámicas de juego especiales que hagan hincapié en estas
gesticulaciones y en el lenguaje oral, para que así mediante imitación puedan
aprender a realizar los gestos y movimientos adecuados. Finalmente, cuando se
introduzcan los juegos con objetos y materiales, el adulto deberá guiar al niño
para enseñarle a utilizar correctamente estas herramientas.
·
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actividades para trabajar las emociones"
Actividades recomendadas según la edad
Al igual que ocurre con el
resto de los niños, cada etapa de la vida del niño con síndrome de Down se
caracteriza por la adquisición y desarrollo de una serie de competencias,
por lo es recomendable que los juegos estén adaptados a estos períodos de la
infancia.
1. Niños entre 1 y 2 años
Para los niños con síndrome
de Down más pequeños, se recomienda proponer estos juegos.
Al igual que ocurre con el
resto de los niños, cada etapa de la vida del niño con síndrome de Down se
caracteriza por la adquisición y desarrollo de una serie de competencias,
por lo es recomendable que los juegos estén adaptados a estos períodos de la
infancia.
1. Niños entre 1 y 2 años
Para los niños con síndrome
de Down más pequeños, se recomienda proponer estos juegos.
·
Cuando se
mantenga en pie colocar juguetes u objetos llamativos que les motiven para
desplazarse.
· Andar cogidos de la mano colocando pelotas de
colores para que las chute.
· Construcción de torres y juegos manipulativos.
· Juegos creativos con pinturas o ceras aptas para
su edad.
· Juegos para agrupar colores, animales u objetos.
· Lectura de cuentos infantiles con ilustraciones y
dibujos. Preguntar por los dibujos al niño.
· Pedir al niño que utilice el habla y las palabras
para pedir las cosas.
2. Niños entre 2 y 3 años
En esta categoría de niños y
niñas, el tipo de actividades propuestas son las siguientes.
2. Niños entre 2 y 3 años
En esta categoría de niños y
niñas, el tipo de actividades propuestas son las siguientes.
·
Juegos de
movilidad y coordinación con pelotas.
· Juegos manipulativos como crear figuras con
plastilina.
· Escuchar y nombrar sonidos del ambiente.
· Juegos de adivinanzas.
Actividades según el área cognitiva
A partir de los 3 años de
edad, el niño con síndrome de Down ya suele poseer las capacidades de lenguaje
y motoras necesarias para realizar un gran número de actividades con ellos. A
partir de esta edad, es recomendable realizar juegos que
potencien todas y cada una de las capacidades cognitivas.
A continuación, presentamos
una serie de actividades clasificadas según el área cognitiva que pretenden
estimular en los niños con síndrome de Down.
A partir de los 3 años de
edad, el niño con síndrome de Down ya suele poseer las capacidades de lenguaje
y motoras necesarias para realizar un gran número de actividades con ellos. A
partir de esta edad, es recomendable realizar juegos que
potencien todas y cada una de las capacidades cognitivas.
A continuación, presentamos
una serie de actividades clasificadas según el área cognitiva que pretenden
estimular en los niños con síndrome de Down.
1. Estimulación de la psicomotricidad
Los juegos que potencien el
desarrollo de la motricidad gruesa y fina ayudan a fortalecer la musculatura de
las manos y las extremidades, lo cual conforma la base del desarrollo de su
propia autonomía.
1.1. Pasar la pelota por el aro
El juego consiste en colocar
una serie de pelotas y aros de diferentes tamaños para que el niño las coja y vaya
encestando cada pelota en el aro correspondiente. Podemos también intentar
que las pelotas y los aros sean de los mismos colores para que así el niño
también tenga que adivinar qué pelota va en cada lugar.
1.2. Adivinar la forma
Este ejercicio es de gran
utilidad para potenciar la motricidad fina, así como también la memoria y la
atención. Para ello, suministramos al niño una hoja con una serie de
líneas de puntos que tiene que unir punteando con un punzón.
El niño deberá puntear el
contorno del dibujo intentando no salirse. A continuación, podemos preguntar al
niño de qué forma u objeto de trata.
2. Estimulación del lenguaje
Al igual que la capacidad
para moverse de forma autónoma, la
potenciación de las habilidades que posibilitan el lenguaje es esencial en los
niños con síndrome de Down a la hora de ganar mayor independencia.
2.1. Actividades de teatro y representación
Con el objetivo de trabajar
tanto la fluidez en el lenguaje, como la memoria y la interacción con otras
personas, podemos escenificar pequeñas representaciones o teatros en el que el
niño deba recitar pequeñas líneas o frases. También podemos pedirle que lea
fragmentos de textos en voz alta mientras gesticula.
Estas historias pueden
mostrar escenas de la vida cotidiana, ya que esto facilitará también al niño la
capacidad de improvisación.
3. Estimulación de la atención y memoria
Fomentar la atención en niños con síndrome de Down favorecerá su interacción con el medio y
potenciará otras habilidades como la memoria y el lenguaje.
3.1. Cuentacuentos
Son actividades en las que un
adulto lee o cuenta algún cuento que resulte interesante o del agrado del niño.
El objetivo es, a continuación, realizar preguntar o pedir que nos cuente su
versión de la historia para así favorecer la atención y los procesos de memoria
y recuperación de información.
3.2. Emparejar las cartas boca abajo
En esta actividad
dispondremos de una baraja de cartas cuyos dibujos se puedan emparejar de dos
en dos. Se colocan las cartas delante del niño boca abajo y le pedimos que
empareje las cartas.
Las cartas solamente se
podrán levantar una cada vez, por lo que el niño deberá recordar en
qué lugar se sitúan cada uno de los dibujos para poder ir emparejándolos.
4. Estimulación de la autonomía
A lo largo de la vida del
niño se le presentarán un gran número de situaciones en los que el hecho de gozar de una
gran autonomía le permitirán ser independiente y poder realizar todo
tipo de actividades e interacciones por él mismo.
4.1. Jugamos a las compras
Los juegos y representaciones
que impliquen simular actividades de la vida cotidiana como realizar cualquier
compra permitirán al niño aprender a cómo interactuar en dichas situaciones,
así como le otorgarán autonomía a la hora de realizar operaciones con monedas y
billetes, y gestionar su propio dinero.
Para ello podemos jugar a las
comprar o los mercados, utilizando billetes y monedas que puede elaborar el
propio niño o mediante la utilización de juguetes como cajas registradoras para
niños.
Fuente: https://psicologiaymente.com
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1. Estimulación de la psicomotricidad
Los juegos que potencien el
desarrollo de la motricidad gruesa y fina ayudan a fortalecer la musculatura de
las manos y las extremidades, lo cual conforma la base del desarrollo de su
propia autonomía.
1.1. Pasar la pelota por el aro
El juego consiste en colocar
una serie de pelotas y aros de diferentes tamaños para que el niño las coja y vaya
encestando cada pelota en el aro correspondiente. Podemos también intentar
que las pelotas y los aros sean de los mismos colores para que así el niño
también tenga que adivinar qué pelota va en cada lugar.
1.2. Adivinar la forma
Este ejercicio es de gran
utilidad para potenciar la motricidad fina, así como también la memoria y la
atención. Para ello, suministramos al niño una hoja con una serie de
líneas de puntos que tiene que unir punteando con un punzón.
El niño deberá puntear el
contorno del dibujo intentando no salirse. A continuación, podemos preguntar al
niño de qué forma u objeto de trata.
2. Estimulación del lenguaje
Al igual que la capacidad
para moverse de forma autónoma, la
potenciación de las habilidades que posibilitan el lenguaje es esencial en los
niños con síndrome de Down a la hora de ganar mayor independencia.
2.1. Actividades de teatro y representación
Con el objetivo de trabajar
tanto la fluidez en el lenguaje, como la memoria y la interacción con otras
personas, podemos escenificar pequeñas representaciones o teatros en el que el
niño deba recitar pequeñas líneas o frases. También podemos pedirle que lea
fragmentos de textos en voz alta mientras gesticula.
Estas historias pueden
mostrar escenas de la vida cotidiana, ya que esto facilitará también al niño la
capacidad de improvisación.
3. Estimulación de la atención y memoria
Fomentar la atención en niños con síndrome de Down favorecerá su interacción con el medio y
potenciará otras habilidades como la memoria y el lenguaje.
3.1. Cuentacuentos
Son actividades en las que un
adulto lee o cuenta algún cuento que resulte interesante o del agrado del niño.
El objetivo es, a continuación, realizar preguntar o pedir que nos cuente su
versión de la historia para así favorecer la atención y los procesos de memoria
y recuperación de información.
3.2. Emparejar las cartas boca abajo
En esta actividad
dispondremos de una baraja de cartas cuyos dibujos se puedan emparejar de dos
en dos. Se colocan las cartas delante del niño boca abajo y le pedimos que
empareje las cartas.
Las cartas solamente se
podrán levantar una cada vez, por lo que el niño deberá recordar en
qué lugar se sitúan cada uno de los dibujos para poder ir emparejándolos.
4. Estimulación de la autonomía
A lo largo de la vida del
niño se le presentarán un gran número de situaciones en los que el hecho de gozar de una
gran autonomía le permitirán ser independiente y poder realizar todo
tipo de actividades e interacciones por él mismo.
4.1. Jugamos a las compras
Los juegos y representaciones
que impliquen simular actividades de la vida cotidiana como realizar cualquier
compra permitirán al niño aprender a cómo interactuar en dichas situaciones,
así como le otorgarán autonomía a la hora de realizar operaciones con monedas y
billetes, y gestionar su propio dinero.
Para ello podemos jugar a las
comprar o los mercados, utilizando billetes y monedas que puede elaborar el
propio niño o mediante la utilización de juguetes como cajas registradoras para
niños.
Fuente: https://psicologiaymente.com
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