Nociones Básicas y Rol del Acompañante Terapéutico.
Nociones Básicas y Rol del Acompañante Terapéutico.
AT- Débora Galán
El Acompañamiento Terapéutico es un dispositivo que permite sostener la continuidad de tratamientos ambulatorios, en casos en los que a la persona o a los familiares se les dificulte hacerlo por cuenta propia y cuando los profesionales tratantes evalúen la necesidad.
A lo largo de más de 60 años que lleva esta práctica en nuestro país, ha demostrado ser una herramienta eficaz en la reducción de recaídas y hospitalizaciones, así como también en la re inserción de la persona al lazo social.
El acompañante terapéutico es un auxiliar de la salud que cuenta con los conocimientos y experiencia para abordar los diversos casos. El “rol del acompañante terapéutico” no responde a standards, sino que se define a partir de la singularidad de cada sujeto. Algunas de sus funciones más destacadas son: propiciar la emergencia de la subjetividad, promover el desarrollo del lazo social, trabajar sobre los puntos de dificultad, haciendo hincapié en los recursos (capacidades) presentes en la persona y orientar al familiar en el vínculo con el paciente.
En un sentido coloquial acompañar es "estar con otro”. En cuanto a "acompañar terapéuticamente” indica también "estar con otro/s” pero desde un marco teórico y referencial que fundamenta un accionar terapéutico, una operatoria con direccionalidad.
El acompañante terapéutico es un recurso humano preparado para asistir personas que se encuentran atravesando por alguna circunstancia o proceso, que afecta su salud, es decir, una crisis, una enfermedad ,una discapacidad, etapa vital, etc.
El acompañante terapéutico es quien sostiene, con su presencia, una función asistencial específica en el área de la salud, incluido siempre dentro de un equipo que trabaja con la diada salud – enfermedad.
El acompañante terapéutico cuenta con conocimientos que le permiten transitar junto a su acompañado, por los procesos antes mencionados, desempeñando un rol centrado en el apoyo y sostén frente a las dolencias de su asistido.
El acompañamiento terapéutico implica la apertura de otro espacio más al servicio del paciente y su familia, que ofrece una presencia terapéutica en lo cotidiano de las actividades de quien padece.
Dicho espacio, a su vez, crea una cotidianidad con el paciente que va a resultar inédita, ya que se presta a la construcción de un vínculo en un espacio – tiempo que va a tener características particulares.
Retomando lo expuesto, es posible afirmar que el acompañante terapéutico es un agente de salud que se ubica en lo cotidiano para poder actuar. De este modo, es capaz de operar sobre lo subjetivo, lo vincular, lo comunitario y lo social. Es oportuno indicar que apunta a contener en forma empática al paciente y a su familia, otorga escucha, contención, apoyo y comprensión psicológica de los procesos por los que atraviesa el paciente, como sujeto y como miembro de un grupo.
La posibilidad de brindar apoyo, así como otros posicionamientos del acompañante, son convenidos con el profesional actuante. El carácter de este abordaje es flexible, por ello comprende la posibilidad de implementar propuestas, estímulos y adecuaciones. Además el A.T interviene, modera, induce, evita, programa, implementa la mediación, limita, etc. Con el propósito de otorgar entidad terapéutica a su trabajo.
Una de las características de este recurso terapéutico es que en todos los casos propone e incentiva la realización de actividades positivas como la apertura de espacios y contextos de interacción, apropiación del ocio, actividades recreativas y lúdicas, etc.; apuntando en todos los casos a mejorar la calidad y estilo de vida.
De lo antes mencionado se desprende que la labor del acompañante terapéutico se adapta a las características, necesidades y situación de cada paciente. Por ello se desempeña en los distintos ámbitos en donde se encuentre el sujeto de la atención, ya sea en el domicilio, en la vía pública o en instituciones.
Una de las tareas del acompañante terapéutico es oficiar de sostén para que el paciente pueda mantener su función dentro de la familia, la comunidad y el ámbito social. Además desempeña un rol activo para que el paciente pueda conservar actividades vinculadas con lo laboral y/o educativo. También coopera con la realización de tareas que promuevan el desarrollo del lazo vincular - social.
Vale destacar que los acompañantes terapéuticos no enseñan, no formulan demandas al paciente, no se ubican en lugares de saber – poder, no se ofrecen como modelo de salud, no piden que el paciente asocie, etc.
Los acompañantes influyen e intervienen en el área intersubjetiva – vincular; por lo tanto se requiere de un seguimiento por parte de los profesionales a cargo, ya sea para orientar la operatoria en el sentido terapéutico pertinente o buscado, así como también, para "trabajar” las vicisitudes que todo vínculo reporta.
¿A quiénes va dirigido y cuándo se implementa el acompañamiento terapéutico?
Se pueden beneficiar de forma directa, con la implementación del acompañamiento terapéutico, diversos grupos vulnerables; ligados estos a problemáticas de: salud mental, discapacidad, adicciones o vejez; así como también pacientes con patologías duales.
El recuso de acompañamiento terapéutico se brinda tanto a niños como a adolescentes, adultos, adultos mayores y gerontes.
Es importante destacar la importancia de este recurso para la asistencia de pacientes que atraviesan por crisis de crecimiento o momentos de cambios importantes como: adolescencia, matrimonio, elección del trabajo, casamiento de los hijos, separación, jubilación, viudez, etc.
El enfoque de trabajo del acompañamiento terapéutico conlleva en si una mínima distancia que requiere de gran disponibilidad afectiva.
Constituye el método menos agresivo de contención de pacientes descompensados.
Dispositivo de acompañamiento terapéutico.
En este sentido el desempeño del acompañante dentro del dispositivo, se manifiesta con por lo menos dos caras visibles. Por un lado, lo cotidiano, lo dramático – vivencial, lo intersubjetivo y que engloba también las actividades a realizar y las posibilidades de sostén del paciente. Dichas actividades cooperan con la optimización de las condiciones concretas de existencia, mejorando la adaptabilidad.
Por otro lado, el aporte al dispositivo conjunto, por parte del A.T; integrando al mismo datos relevantes, para que puedan ser tratados en el encuadre del consultorio por el profesional actuante.
Conforme a lo expresado lo que va a aparecer como figura, para el paciente ,es la presencia del A.T en lo cotidiano; es decir la compañía, la posibilidad de intercambio, el encuentro con otra mirada de la realidad, la oportunidad de realizar tareas que antes no podía, etc. Mientras lo que va a suceder como fondo será la definición, en equipo, de estrategias de abordaje y otros lineamientos de pertinencia terapéutica.
Vinculo acompañante terapéutico – acompañado (paciente).
Uno de los ejes del trabajo del mencionado recurso es el relacionado con la producción y características del vínculo A.T – paciente. Se puede entender a dicho vínculo, desde nuestra perspectiva, como una experiencia intersubjetiva móvil, con la forma de elipse dialéctica en la que se suceden recurrentemente momentos de apertura y cierre en distintos aspectos; permitiendo recrear el mismo y alejarse de la estereotipias y cristalizaciones.
Ámbitos de intervención y acompañamiento
El acompañante terapéutico se relaciona con el paciente en distintos ámbitos: domicilio, instituciones de salud, así como también en el afuera, a través de la realización de actividades pensadas para cada individuo y acorde a los distintos momentos del proceso de tratamiento.
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