DÓNDE DESEMPEÑARSE DE ACOMPAÑAMIENTO TERAPÉUTICO
DÓNDE DESEMPEÑARSE DE
ACOMPAÑAMIENTO TERAPÉUTICO
Autor: Prof. Daniel González – Psicólogo Social - AT
El A.T. es un agente de salud capacitado para sostener, cuidar, aliviar y compartir: las ansiedades, angustias y desequilibrios de enfermos con perturbaciones emocionales, que han entrado en crisis al no poder generar respuestas adaptativas, ante situaciones externas e internas que se presentan en la vida del sujeto, y que desencadenan en trastornos de la personalidad llevando a situaciones de: descontrol, crisis, ideas suicidas, actuaciones auto y heteroagresivas, empobrecimiento del yo, etc., en los distintos cuadros psicopatológicos: neurosis graves, borderline, adicciones (drogas, alcohol), psicopatías descompensadas y psicosis. También en pacientes psicofísicos y terminales.
Discapacidad. Demencias. Diferentes trastornos. Trabaja con niños y adultos.
INSTITUCIONAL
La institución le permite al paciente volcar sus contenidos patológicos en un marco de más seguridad. A pesar de ser el lugar de mayor contención, hay pacientes que sin embargo necesitan también Acompañamiento Terapéutico, por encontrarse por ejemplo en un período confusional. La presencia física, el afecto y a veces hasta la ayuda corporal, favorecen notablemente a su estado. Llegando el enfermo a necesitar un Acompañamiento Terapéutico desde 2 horas a 24 horas por turnos rotativos.
En un segundo momento el A. T. funcionará como el transmisor de la cultura institucional, ayudando al paciente a la adaptación de la actividad comunitaria, y a cumplir las reglas institucionales.
AMBULATORIO:
Aquí el A. T. será el trasmisor de la ley social, ayudando al paciente en su resocialización, ordenamiento y planificación. Programando estrategias que pauten las salidas, pues éstas no deben ser azarosas. Pueden realizarse desde la casa o la institución. Incluso viajes con el paciente sólo, o con su pareja, familia o amigos.
DOMICILIARIO
El lugar donde se desarrolle el Acompañamiento Terapéutico va a determinar conceptos terapéuticos diferentes. En el domiciliario tanto la familia como el paciente intentarán imponer sus reglas. Aquí el A. T. Tendrá la complicada tarea de revertir la situación, reconociendo al o a los aliados con quienes contará para introducir su palabra.
El A. T. No deberá interpretar, sino recoger material relacional y vivencial, para comunicárselo al terapeuta y al equipo.
EL CONTRATO
Lo pueden realizar: el A. T., el coordinador, el terapeuta o la institución; con la familia o el paciente.
Se deberán especificar: cantidad de horas, horarios, honorarios y formas de pago (por vez, semana, mes, etc.)
Los gastos de salidas que el paciente realice para él y el A. T., irán por su cuenta.
Todo lo que no se especifique en el contrato, luego será difícil revertirlo.
VINCULO A. T. – PACIENTE
Los seres humanos se conectan entre sí a través del encuentro.
Luego con la interacción, que es la primera forma de comunicación, se va a ir estableciendo un vínculo.
En el vínculo participan dos o más personas, necesitándose una a la otra en la misma forma, y surgiendo en un campo común en el que tiene que haber reciprocidad.
Investigaciones diversas han demostrado que desarrollar un vínculo cálido y empático con el paciente, permite fomentar cambios más rápidos. Y ésta es un poco la clave del Acompañamiento Terapéutico: al establecer un buen vínculo, ligazón, unión o lazo, se van a generar más logros terapéuticos.
EL CONTACTO FISICO
Los pacientes que necesitan ser acompañados terapéuticamente, por lo general son personas a las que se las ha privado o inundado afectivamente; con lo cual se es dificultoso demostrar sus sentimientos, o por el contrario tienen a desbordarse. Y es por eso que la tarea del A. T., será la de regular el dar y recibir adecuadamente los intercambios afectivos, a partir de brindarles un vínculo más sano, para mejorar la relación del paciente consigo mismo y con los demás. Al demostrarles cariño, y tratarlos con ternura y amor, se les eleva la autoestima y se les brinda un modelo de identificación.
Hay distintos tipos de contacto físico con el paciente, como el abrazo y las caricias, que favorecen el bienestar emocional y corporal.
Sin embargo, hay que saber, cuándo y cómo, acariciar y abrazar, para que resulte realmente terapéutico. Realizarlo en un momento y con una presión inadecuada, puede ser perjudicial, porque tenderá a manifestarse como refuerzo de la enfermedad, por ejemplo: madres ahogantes. Si se repite este esquema, se lo mantiene, y no se produce un cambio favorecedor.
Es de suma importancia tener en cuenta, el momento del paciente y su cuadro psicopatológico; no es lo mismo el contacto que se establece con un esquizofrénico. Y, cuando uno se acerca a un psicótico crónico deteriorado (como patología severa extrema), comprende rápidamente que las palabras están de más.
De todas maneras, los acercamientos deben ser graduales, cautelosos y cuidadosos, en cualquiera de los casos.
Como Buscar y Encontrar Trabajo de Acompañante Terapéutico
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